El camino más corto

Hace poco alguien me preguntó los motivos por los cuales intento ser tan positivo. Que no lo entendía. Quería saber para qué servía eso de centrarse en los talentos de uno mismo. "A mi siempre me han enseñado que hay que conocer los defectos que tenemos e intentar corregirlos", me dijo.

Así que le conté la siguiente historia:

"Tú quieres viajar desde Amsterdam hasta Berlín. Y el camino más corto es una línea recta." Y dibujé en una pizarra blanca de oficina dos puntos y una recta que los unía.

"Claro, que existen otras ciudades. No están exactamente en el camino. Podrías pasar por Munich. O por París. O por Roma. Parecen interesantes. Aunque es cierto que te harán llegar más tarde." Y nos paramos un rato a visualizar juntos ese mapa imaginario que yo había dibujado en la pizarra.

"Pues en esta historia Amsterdam representa tu situación actual. Lo que eres, lo que piensas, lo que haces. Y Berlín hacia donde quieres llegar. Tus sueños, tus ilusiones, tus metas."

"Y todas las ciudades que encuentras por el camino son tus miedos y tus defectos."

"Y tú puedes elegir" - le dije - "si quieres centrarte en las cosas positivas, en todo aquello que te acerca a tu objetivo, en aquello que te conduce a tus sueños y aquello que te hace brillar. O si por el contrario prefieres desviarte y visitar tus miedos, tus defectos y las cosas negativas." 

"Claro que es bueno conocer nuestros defectos, como parte de conocernos a nosotros mismos.  Porque sabemos que los defectos intentarán desviarnos o frenarnos. Pero toda la energía que inviertas en corregir tus defectos, no la estarás invirtiendo en potenciar tus virtudes."

"Y por eso cada mañana, cuando te mires en el espejo, puedes elegir si quieres ver a alguien camino de sus sueños o alguien parándose en sus defectos. Si quieres llevar a la oficina a alguien que va camino de sus metas o a alguien que está anclado en sus miedos. Si quieres sonreir o si prefieres ir serio. Si quieres ser positivo o no serlo. Depende de ti. De nadie más."

"En mis cincuenta años nadie me había dicho nada parecido. Y creo que ahora lo entiendo." Me dijo. Y me estrechó la mano, con una sonrisa que me costará tiempo olvidar.

Atrévete a brillar...por el camino más corto

NOTA: Esta conversación sucedió en la realidad, tal y como os la he contado, el día 26 de enero de 2012, en la ciudad holandesa de Drachten. Así mismo, recomiendo visitar todas las ciudades mencionadas en este post.

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¿Y tú, en quién confías?

Hoy una amiga en un bar me ha preguntado: ¿en quién confías? Pues ahora que lo dices...

Confío en las personas auténticas

Confío en quien no tiene miedo a equivocarse

Confío en la gente que "piensa bien y acierta"

Confío en quien sonríe por costumbre

Confío en aquellos que crean sonrisas

Confío en las personas que apuestan por mi y por ti, por todos

Confío en quien se cae y aprende a levantarse

Confío en quien "parece que fue ayer"

Confío en quien pide perdón

Confío en quien perdona

Confío en la gente que quiere y por eso puede

Confío en la gente que lo que hace porque hace lo que ama

Confío en quien vuelve tras haberse ido

Confío en quien respeta y quien permite

Confío en toda persona que sabe ver el lado bueno de la vida. 

En definitiva, confío en la gente que se atreve a brillar.

¿Y tú? ¿En quién confías?

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Creer. Querer. Cambiar. Crear. Crecer

Parece sencillo. Buenas noticias: en realidad lo puede ser si tú quieres.

Creer

Creer en ti. Creer en los demás. Creer que es posible. Creer en tus posibilidades, en tus talentos. Creer en tus sueños. Sean cuales sea. Creer en las personas, en la cooperación, en la conexión. Creer es el principio.

Querer

Quererlo y quererte. Sin dudarlo, sin pensar en el resultado. Porque crees y eso ya es un buen motivo.

Cambiar

Cambiar y cambiarte. De forma de ver las cosas, tu concepto de ti mismo. Cambiar el "de afuera hacia adentro" por un "de adentro hacia afuera". Sé auténtico.

Crear

Crear, crearte y recrearte. Porque esto es lo divertido. Olvidar los objetivos y centrarte en el proceso, en vivir, en disfrutar ese momento sin importarte tanto el resultado. Deja que tu creatividad tome el timón, experimenta.

Crecer

Porque viviendo de esta nueva forma descubrirás nuevas perspectivas. Y crecerás. Esta parte te dejo a ti que me la cuentes, si quieres, compartiendo tu propia experiencia...ahí abajo, en los comentarios.

Atrévete a brillar...cree, quiere, cambia, crea y crece

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¿El feedback negativo siempre es difícil?

El feedback negativo tendemos a tomárnoslo como crítica. A veces incluso como ofensa. Pero realmente lo que está sucediendo cuando alguien te da feedback negativo es que se ha tomado la molestia de pensar en ti y la valentía de decirte algo que "no le gusta" o que "puedes mejorar" de ti.

Yo prefiero dejar de llamarlo negativo y llamarlo

"resultado de mis acciones sobre otras personas que yo no sabía que sucedía y que además puedo cambiar cuando yo quiera porque sólo depende de mi"

Y visto de esa manera, recibir feedback es un tiempo y una energía que ha puesto en ti para decírtelo, y eso es un regalo. Porque te permite conocerte mejor a ti mismo. Y es digno de ser agradecido. Gratitud.

Atrévete a brillar...y a tomarte el feedback como un regalo

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Cuentos de Debla: la lealtad

Este post nace de una colaboración con Debla Caeiro, quien ha querido ayudar escribiendo un cuento, el de Hiresh el rey de las piedras preciosas, con el que queremos ilustrar el concepto de lealtad. Gracias Debla, por el esfuerzo e ilusión que has puesto en este cuento, y también por animarme y transmitirme serenidad cuando la inspiración y la creatividad se hacían esperar.

Hiresh, el rey de las piedras preciosas.

Hiresh era el jefe de una banda de ladrones que actuaba asaltando a las familias más ricas del reino de Gandhara con el fin de apoderarse de un gran botín de joyas y piedras preciosas.

Pasado el tiempo, debido a las peleas y luchas de poder entre los miembros de la banda, el ambiente de inseguridad y desconfianza iba en aumento. Tanto era así, que ni el mismo Hiresh se sentía seguro entre ellos.

Un día que iba camino del bosque, encontró un conocido sabio del lugar que descansaba al borde del camino. Pensó que la fortuna le sonreía y quiso aprovechar la oportunidad para formularle una pregunta que le llevaba atormentando desde hacía días:

- Gran Maestro, ¿cómo se consigue la lealtad de los demás? 

El anciano le contestó:

- Sólo aquel que se conoce a sí mismo puede llevarla a la práctica y mostrarla al resto. Se consigue lealtad, siendo congruente con uno mismo y obrando en consonancia con lo que uno dice y ofrece, ya sea desde la acción más pequeña, hasta la más grande de todas.

Hiresh agradeció al anciano sus palabras llenas de sabiduría y comprendió que tenía todavía un largo camino que recorrer. 

Y esa lección interior que aprendió Hiresh del anciano, también podemos aprenderla cada uno de nosotros. 

Hiresh dudó de si mismo al sentirse inseguro. 

Muchas veces vivimos mirándonos y valorándonos desde los demás. Ponemos en duda nuestras ilusiones, sueños e incluso sometemos nuestra felicidad a la aprobación de los demás. Y en esa búsqueda de la "lealtad" de los demás, llegamos a perder la lealtad con nosotros mismos. Y haciendo eso nos apartamos de nuestros valores y dejamos de ser nosotros mismos. Dejamos de ser nuestros héroes.

Lealtad a nosotros mismos: conocimiento, aceptación y compromiso 

Para poder ser leales a nosotros mismos, primero debemos conocernos y aceptarnos. Debemos esforzarnos por saber cual es nuestra misión y, sobre todo, los motivos por los cuales esa es nuestra misión. Debemos aceptar y mantener nuestro compromiso personal con esa misión, teniendo claros los valores en los que se apoya, aceptando que no siempre el resultado será el esperado, que tendremos que intentarlo e intentarlo y que no siempre recibiremos la aprobación y el apoyo de todos.

Tomando ese compromiso con nuestra misión como enunciado de nuestra vida, mantendremos la lealtad a nosotros mismos. E inspiraremos lealtad a nuestro alrededor.

Atrévete a brillar...con lealtad a ti mismo.

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Preso de tus prisas

El otro día descubrí esta escalera en Hamburgo y quise retratarla en foto. 

Observé como algunas personas subían y bajaban. Incluso yo mismo llevé la vista al principio de la escalera, para ver hacia dónde me llevaría. Y también miré al principio de la escalera, para ver donde empezaba.

Resulta curioso, tenía una escalera tan bonita frente a mi y mi vista se iba al principio o al final de ella, sin prestar atención a los detalles, a las formas, a la luz...

Y esto mismo nos ocurre muchas veces en nuestras vidas. La escalera de nuestras vidas tiene un principio (nuestro pasado) y un final (nuestro futuro). Y vivimos mirando al principio o al final de la escalera, es decir, recordando el pasado y planeando o anhelando el futuro. 

Me entraron prisas por subir o bajar. Y preso de esas prisas me estaba perdiendo lo bueno de la escalera.

Y por eso se nos olvida contemplar la escalera, que en nuestro ejemplo representa las cosas buenas que nos están sucediendo hoy, aquí y ahora. 

Atrévete a brillar...difrutando el presente de esta escalera. 

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Toma un rumbo. Escribe el guión de tu propia vida

Vivimos en un mundo de prisas. A veces me pregunto si todas esas personas que van tan deprisa a todos lados realmente saben a dónde se dirigen.

Porque hace tiempo que pienso que lo importante no es la velocidad, es el rumbo, es la dirección. Incluso te diría que lo más importante no es llegar, sino recorrer el camino. Y si lo importante es el camino, ¿qué camino queremos recorrer?

¿Hacia dónde te diriges?

Te animo a que pares por unos minutos y reflexiones sobre esto, que dediques un tiempo a elegir tu meta. Te animo a que decidas qué quieres hacer. Y si no lo sabes o no se te ocurre cómo descubrir cual es tu pasión, tengo buenas noticias. Hay mucha gente deseando ayudarte. Una de ellas es Verónica Gran, que tiene un curso online que se llama exactamente así: HAZ LO QUE AMES.

Y una vez sepas lo que amas y decidas hacerlo, cada paso que avances desde ese momento lo harás en la dirección que tú te has propuesto. Y el camino, que no siempre será fácil, será el que tú te has fijado. Y a veces obtendrás el resultado que esperabas y en otros no. Y ya no serán éxitos o fracasos, sino etapas en el camino que tú has elegido. En ese camino aprenderás y en ese camino vivirás tu vida.

Hoy te animo a descubrir que es lo que amas, y a escribir con ello el guión de tu vida.

Atrévete a brillar...haciendo lo que amas.

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