Dale la vuelta y aprende de las dificultades

Hace poco, navegando en internet, leí lo siguiente:

Es valioso equivocarse. Es como en ese país donde los padres dicen a sus hijas: “No te cases con nadie que no se haya arruinado al menos un par de veces”. Casi toda la gente que ha conseguido grandes logros ha cometido errores y ha tenido fracasos antes. Del fracaso se aprende muchísimo. Es muy bueno haberse equivocado antes. (Antonio González Barros, Presidente de Grupo Intercom)

Y creo que es cierto lo que dice Antonio González Barros. Y no siempre serán fracasos lo que la vida nos trae, a veces serán dificultades personales o profesionales, enfermedades o situaciones que no desearíamos tener que afrontar.

Dos formas de afrontar las dificultades

Una forma de enfocar esas dificultades es verlos como que la vida nos está poniendo a prueba, poniéndonos dificultades que tenemos que superar. Yo creo que el hecho de considerar que hemos de superarlos ya exige mucho más esfuerzo para afrontarlos. Es una opción, pero una que nos costará mucho más y el desgaste final será mucho mayor. 

Una manera alternativa de verlos, que a mi me gusta mucho más, es pensar que son parte de un proceso de aprendizaje. Que la vida no te pone dificultades para que las superes, sino que la vida te está enseñando alguna lección que te va a ser muy valiosa más adelante. Y digo más adelante porque muchas, muchísimas veces, esas lecciones no las comprendemos de inmediato. 

Esta segunda opción no es fácil, porque nos ha sucedido algo difícil de entender o aceptar, pero a largo plazo compensa y a corto plazo nos llena de esperanza. Porque ya no vemos ese hecho negativo como algo que tenemos que superar, sino como aliado en nuestro aprendizaje. El hecho negativo es el mismo, eso no podemos evitarlo, pero sí podemos cambar nuestra actitud hacia él haciendo de la debilidad virtud. Como en la cita de arriba, en esos países el candidato a marido que se haya arruinado varias veces ya habrá aprendido y desaprendido esa lección y por eso será buen candidato para esos padres. No porque se haya arruinado, sino porque esos padres creen que ya ha aprendido. Esa lección terminará, algún día, en nuestra lista de gratitud a la vida.

No siempre es fácil, muchos reveses de la vida son duros, duelen y aprendemos de la manera más difícil posible. Pero aprendemos. Y estoy seguro que eso que hoy aprendemos, incluso con dolor, el día de mañana será una valiosa lección aprendida que nos ayudará a brillar aún con más fuerza.

¡¡Sigo hablándote a ti!!...Atrévete a Brillar