25 de febrero de 2013

¡Sorpresa!

Últimamente mis tardes en el gimnasio se están convirtiendo en fértiles momentos de reflexión e inspiración. No sé si tiene que ver con el post, pero me apetecía contároslo. Y lo acabo de hacer. 

Hoy, mientras pedaleaba en la bicicleta del gimnasio pensaba en escribir este post. Llevaba varios días dándole vueltas al tema, intentando encontrar algo que contaros. 

El tema es el del miedo a lo desconocido. Sí, a lo desconocido. Puede ser un cambio de empresa, o un puesto nuevo, o una profesión completamente nueva, un cambio en nuestra vida, una nueva pareja, un cambio de domicilio...cualquier suceso que cree una situación que sea desconocida para nosotros. Que sea nueva.

De esto ya hemos hablado antes

Es cierto. Tuve la inmensa suerte de que mi amiga Debla Caeiro escribiese un cuento sobre el valor. Quede aquí mi muestra de gratitud a ella y todos mis amigos, familiares y personas que me queréis bien.

Hoy os quiero hacer imaginar un niño. Un niño pequeño, de unos cuatro o cinco años. Y para que no se me enfaden mis lectoras, que sea una niña.

Imaginad que le lleváis un regalo a esta niña por su cumpleaños. Mirad la foto de la tarta y pensad en el juguete que queráis. Porque da igual. Lo que nos interesa es la reacción que posiblemente tendrá esa niña al veros llegar con el regalo en la mano. Seguro que sentirá nervios, emoción, alegría...mirará a sus padres deseando que le digan que ya puede abrirlo.

Y seguro que no sentirá miedo

Aunque sea algo desconocido. No sentirá miedo. No sabemos si le gustará el regalo o no. No sabemos si jugará con él mucho tiempo o si se cansará pronto del juguete. No sabemos si el juguete estará estropeado, sin pilas o roto dentro del envoltorio. Ni tan siquiera sabemos si el juguete es adecuado para ella o si es un juguete para niñas más pequeñas que su edad.

Pero estoy seguro que al imaginar a esa cría pequeña, ninguno la habéis imaginado con miedo antes de abrir el paquete. Porque ese miedo a lo desconocido esa niña aún no lo ha aprendido. Es algo que aprendemos más adelante cuando intentamos buscar el reconocimiento de los demás y clasificamos nuestras acciones como aciertos o fallos. 

Y eso es lo que os animo a pensar hoy. A actuar como la niña que habéis imaginado. Y os animo a brillar...sin miedo a lo desconocido.

0 comentarios:

Publicar un comentario